El Día del Niñ@





Cuidado hay un niño en la calle no lo vallan a atropellar!


Dicen que en el reino animal los cachorros, son tiernos y juguetones por que es su principal arma contra los adultos para evitar que se le infiera daño sufrimiento o hasta la muerte, nos enternece una mirada de culpa de un cachorro después de hacer una travesura.

Las mamas de estos los consienten los consuelan los limpian y juegan con ellos son escenas bastante tiernas, el ver como una mamá cocodrilo carga a sus pequeños moustros en la boca para llevarlos a nadar, como los grandes depredadores se hacen los seres mas tiernos para con sus hijos, e incluso existen madres sustitutas o tías de las manadas de leones que adoptan a la prole ajena.

Las perras se vuelven mas recelosas cuando están criando a sus cachorros no se pertenecen a si sino a sus queridas criaturas, los pollos se acurrucan en las alas de la madre buscando su calor y su protección etc etc.

Los ejemplos de la vida salvaje nos dejan muy mal parados.

El niño en la calle juega al torero de coches, aprende con su estimulación temprana lo que en ninguna escuela de cinco estrellas le enseñan a los niños, a esquivar magistralmente los embates de los conductores que los miran con asco, aprenden a su vez lo que muchos de nosotros no aprendemos hasta la edad adulta, a saber que nos somos los mas bonitos ni los mas graciosos ni los mas inteligentes mucho menos los protagonistas de un cuento de hadas.

Aprenden la responsabilidad de obtener un peso diario la constancia de buscar por los medios que sean el sobrevivir, ya sea haciéndole al artista escénico como un payaso que mas que entretener o dar risa deprime y da lastima, aprendes a estar “a las vivas” para cualquier oportunidad de un varo.

La calle representa para ellos un escenario diferente al común denominador de nosotros las frases “que calor” “que trafico” “como llueve” “hoy es miércoles” no tiene sentido para ellos la calle es un escenario diario un microcosmos particularmente ocupado y en la lucha constante de seguir, los sueños del niño de la calle son bastante concretos y resumidos, no es (románticamente hablando) el encontrar una familia el ser un nuevo Talio o algún mal viaje del tipo cuento de hadas no, el niño de la calle sueña con comer, todo lo demás es secundario, suele tener siempre inevitablemente hambre, no como los niños de casa que se les ruega para que coman sus verduras, que se les cocina lo que mas les guste que necesitan mas calorías por que en su clase de natación les da un poco de hambre.

El niño de la calle es un perrito callejero, un dogma tatuado en su mente y en su cuerpo, destinados a ver a la gente entre cristales del lado malo de la existencia humana.

Se le condena por su fachada, como una casa con un letrero de “peligro, se puede derrumbar” vive contando los días que ha comido, los días que pudo postergar el hambre con una “mona” un “cemento” o el thiner.

La forma de escape es lo de menos, lo que cuenta es poder escapar, así el hambre se olvida además los demás lo hacen y no hay nadie que les pueda decir “cuidado hijo te puedes lastimar”.

El niño de la calle esta atolondrado y sus recuerdos no son dignos de recordar es una pequeña cinta de grabación afanosamente queriéndose descomponer, no queriendo recordar, pero tampoco soñar, seria absurdo soñar, seria obsoleto las ilusiones que nunca llegaran mas aun cada día que pasa los aleja mas de una vida humana.

El niño de la calle tiene muy crudos despertares desde el despertar diario donde quema el estómago pero ya es natural sentirlo, hasta el despertar en un callejón una banqueta o en algún lugar que no se sabe donde es, el despertarse por algún animal que lo confunda con un trozo de carne y hueso, despertase por que la “poli” les dice que no pueden estar en ese lugar, despertarse por la comezón por el ardor por el dolor despertarse por lo que sea.

El despertar del niño de la calle es una pesadilla diaria, una realidad que les escupe la cara y ellos lo toman como un juego muy muy pesado, el despertar sexual no es el clásico mar de llanto de los enamorados que se toman de la mano, su despertar es crudo y ruin, las niñas se cortan el cabello o tratan de vestirse lo mas holgado posible para que nos e fijen en ellas, los niños aprenden que sus genitales son objeto del deseo de asquerosos seres que les pagan “un cien o un cincuenta” para que se dejen tocar o que les toquen. La violación de un niño de la calle no tiene explicación en su propia mente más que la frase repitiéndose en su cabeza “se paso de verga”.

El niño de la calle no sabe lo que es un cumpleaños, esas cosas son desconocidas para ellos, no tienen acta de nacimiento no existen y es mas no les interesa existir.

No figuran en los discursos de las gentes, son pequeños fantasmas que son merecedores de frases como “que irresponsabilidad de sus papas” son, delincuentes, (aun sin saber que robar para comer esta mal) el bien y el mal están bastante lejanos de estos, y claro estos están bastante lejanos de ellos tal vez esperándolos en alguna parroquia con un padre sentado en su escritorio o en alguna institución publica destinada para los grupos vulnerables y discutiendo en el congreso de la unión los millones destinados a ellos, tal vez este esperando por ellos en alguna morgue, en alguna cárcel o en alguna barranca o desagüe.

La pregunta obligada es, por que su existencia nos causa tanta indiferencia? Cierto es que la gente “buena” en sus oraciones al no saber por quien poder pedir pide “por los niños que no tiene que comer” “por los niños de la calle” “pobrecitos” pero nadie se detiene ni un segundo en ver y HACER algo por ellos, nuestros problemas son mas grandes mayúsculos como para ocuparnos de los demás.

Las iglesias, están atiborradas de buenos Católicos que se anidan bajo el lema “somos buenos” las instituciones publicas se engalanan en sus recintos y quien tenga el cargo mas alto seguramente es el mas respetado admirado y homenajeado, basta llevar a cavo la doctrina del lamezualismo que bien se nos da.

Después (si logran sobrevivir) están destinados a ser sujetos apestados de la sociedad, que más les queda que el delito, en que empresa los recibirán con los brazos abiertos, quien en sus cávales les ofrecerá una oportunidad de comprobar su honestidad?


El día del niño es una oportunidad para aprovechar unos varos mas de la cuenta o alguna gente que queriendo lavar su pena les regale algo hay que estar “ a las vergas” pero significa también una cachetada mas a quienes nos decimos “buenos Cristianos” buenos ciudadanos” gente bien.

El símil del perro de la calle no es una exageración en este escrito, llevamos irremediablemente de la mano o tal vez sin correa a estos entes producto de la sociedad.

La segunda pregunta obligada es a donde los estamos llevando? Y acaso nos arrastra a algo su participación en nuestra sociedad, será que siempre existirán solo detrás de un cristal.

A quien culpar no es la tarea, que hacer? Es una pregunta que nadie quiere hacerse, lamentablemente estamos tan inmersos en nosotros mismos que, que mas da soportar entes como estos total siempre están detrás de un cristal.